lunes, 26 de septiembre de 2011

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Destrozada, descripción gráfica.

Cómo duele.
No debería dejarme vencer por las adversidades. Es algo que me han dicho siempre, uno de los grandes conceptos con los que fui educada. Teniendo en cuenta el Extraño Ser que ha salido de esa misma educación, no sé muy bien qué opinar. Pero, amigos míos, si algo tengo claro es que hoy no es día para bromas. Y menos si van a ser igual de malas.
La gente, normalmente, escribe en sus blogs personales para hablar de su vida, lo cual es lógico y normal si cogemos un diccionario y buscamos el significado de las palabras "blog personal" (Aunque, tratándose de un diccionario, sería raro que lo encontrases. Prueba a buscar las dos palabras por separado. Y si eso tampoco funciona... Bueno, para eso están las madres. Y Google). En cualquier caso, yo hoy vengo a hacer eso mismo. Porque duele. Hace daño, en todos los sentidos.
Gracias, Artritis...
Siempre quise una Jodevidas rondándome.

No debería estar escribiendo esto. Me duelen las manos, la pantalla de este chisme llamado iPod es ridícula —Apple y sus inventos—, y lo peor de todo es que es culpa mía, por haber insistido en acabar la novela tan pronto. Quise entrar en el JSiF, y el precio me está resultando muy caro. Demasiado como para que alguien como yo pueda pagarlo. Soy quejica y melodramática por naturaleza, ¿cómo se supone que voy a sobrevivir a un problema de verdad?
Me siento mal, muy mal.

Quiero escribir, con toda mi alma.
Y mi cuerpo se esfuerza en impedírmelo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hoy rompemos el mundo.

Porque sí. Porque no hay nada como cumplir un sueño para darte cuenta de que, realmente, puedes romper con todo. Porque nunca he llorado más que cuando me dieron la copia de mi novela. MÍA. Mía y de nadie más, un esfuerzo único que he conseguido hacer. No hay nada mejor que saber: "El 99% de la gente jamás escribe un libro, y yo lo he conseguido".
He puesto una parte de mí entre esas páginas. Las he odiado y amado. Dudé sobre si no eran bastante buenas, no quise hacerme muchas ilusiones sobre ellas. Y ahora ahí están, de camino a Barcelona. De camino a un sueño.
Hoy soy feliz.

(Porque no hay nada, absolutamente nada, comparado con ver Futurama en tu portátil mientras abrazas a las páginas que has creado tú).

viernes, 2 de septiembre de 2011

domingo, 28 de agosto de 2011

¡No tenías derecho!

¡Tú, Verano! ¡Sí, tú! No te creas que te vas a escapar de mí, oh, no. Yo te persigo a todas partes. Yo soy omnipresente. Y te he encontrado. ¡¡Tú, Verano!!
¿Me explicas qué ha pasado exactamente contigo?

¡No tenías derecho!
Porque es que yo no te di permiso.
¿Qué has hecho? Tú y tus atardeceres que no terminan, las carcajadas con los amigos del colegio (porque nada sienta mejor que verlos cuando no estás en el colegio), las charlas teléfonicas a todas horas y  esa sensación de libertad. ¡Pequeñas olas rompiéndose en tus tobillos, la arena entre los dedos de los pies, el sol que no te deja ver! Dime, ¿adónde te has llevado todo eso? ¿A qué venía eso de llevártelo como si nada?
Verano, te prohíbo que acabes.



martes, 16 de agosto de 2011

Ríamonos del mundo.

(Y que no nos importe lo que pase después.)

Podríamos haber sido cualquier cosa. Podrías haber sido el malo de la película, y yo te haría de risa malvada en la oscuridad. Si tú eras un soñador sin futuro, yo habría sido tu pasado. De ser un loco, yo sería tu demencia.
Pero no. A ti no te bastó con eso. Tú, estúpido niñato con complejo de héroe, te empeñabas en ser tú por ti mismo. En ser tú quien ganara tus victorias y quien llorase con tus derrotas. ¡Qué insolente que fuiste, amigo mío! Un insolente que sólo se centraba en sí mismo, para el cual su mejor amigo era su propia vanidad y que no veía una buena oportunidad cuando la tenía delante.
Por eso mismo, fui yo misma la que se encargó de acabar contigo.
Y, ¿sabes qué?
Me reía mientras tanto.